Hoy hay unos señores que se llaman nacionalistas y pretenden ser la encarnación de la izquierda. La izquierda, y el APRA lo es, requiere adaptar la tesis a la realidad cambiante. Por eso hace algunos días, con motivo de un Honoris Causa, propuse que en las universidades se revisaran los programas de los partidos políticos, con el objeto, primero, de que la política regresara a la universidad, no partidariamente sino analíticamente; y segundo, encontrar en dicho estudio las grandes coincidencias, que las hay, para garantizar que el próximo gobierno tenga el respaldo de todos en esas materias coincidentes. Con ello, además, se demostrará que tanto los nacionalistas como los "caviares", que pretenden ser de izquierda, no lo son. La misión de la izquierda es transformar el mundo. Con las injurias no se cambia el mundo; saboteando y oponiéndose a la explotación de nuestros recursos naturales, tampoco. El aprismo tiene una visión constructiva y no autodestructiva.